“La primera grosería que leí en este libro me recordó la famosa anécdota del psicólogo y predicador estadounidense Tony Campolo. En aquel momento, el orador frente a su audiencia estaba exponiendo lo inmoral del hambre y las necesidades sociales en el mundo. Al percatarse que su mensaje no tenía impacto en medio de su pulcra audiencia, sin ningún tipo de filtro, pronunció vehementemente la palabra ‘mierda’. De inmediato, un silencio aterrador se adueñó de la sala. El expositor aprovechó el momento para subrayar que nuestra doble moral nos alcanza para escandalizarnos de una vulgaridad, pero no de lo verdaderamente indignante, como lo es el hambre.” Por: David A Gaitán

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