Últimamente he tenido diálogos muy interesantes con cristianos evangélicos que reaccionan con tanta violencia con otros cristianos de otras tradiciones.
Y al ver tan inusitada agresión verbal, les pregunto por qué usan ese lenguaje tan violento.
Y la respuesta es simplemente que “Imitan a Jesús”.
Y yo me quedo pensando si a Jesús a través de los evangelios le conocemos porque su vida se haya dedicado a “Mandar al infierno a la gente pecadora”.
Estos amigos me aseguran que efectivamente Jesús era así con los pecadores.
Y junto a esa conclusión hilvanan varios textos posteriores, de cartas del Nuevo Testamento donde se alienta a “pelear ardientemente”, “aborrecer la oscuridad”, “no juntarse con los pescadores”, “no hablar con aquellos”, “repudiar lo malo”, “no amen al mundo”…
Con todo ese “peso argumentativo” de citas bíblicas llegan a la conclusión que mientras más vehemencia, intolerancia y violencia , más cercano uno está a como era aquel carpintero llamado Jesús de Nazaret.
Y si, cuando se leen los evangelios, Jesús fue particularmente duro con tres grupos o personas.
- Los Fariseos.
El grupo que más tuvo diferencias con Jesús según los evangelios fue el partido de los fariseos.
El nombre fariseo viene del hebreo “parash” que significa “separado, apartado” y como su nombre lo dice, ellos se sentían los separados y apartados para Dios.
Pero separados de qué o quién?.
Ese grupo religioso justamente se levanta bajo la consigna de que ellos eran los “separados” por Dios de toda la masa pecadora.
Los fariseos se creían los buenos de la película y usaban su fe para denigrar y marginar a otros.
Ellos siempre que hablaban del juicio, era para los demás que no vivían y practicaban la fe como ellos.
Gracias a toda la investigación histórica y sociológica que tenemos a disposición, podemos echar un vistazo a quienes en tiempos de Jesús eran “Los pecadores”.
Eran considerados pecadores todas las personas que sufrían bajo el peso de la pobreza o alguna enfermedad.
Como sabemos, de la mano de la pobreza pueden venir como círculo vicioso otros males.
Para un fariseo estudioso de los textos sagrados, una persona analfabeta (pobre que no tuvo oportunidad de estudiar) o algún Galileo que no sabía leer en hebreo era considerado “perro” , pues al no conocer el texto no tenía idea de cómo practicar correctamente la Ley y sus comentarios (la tradición de los ancianos).
También eran consideradas pecadoras las prostitutas. Pero aquí también surge un problema, pues en su mayoría, las prostitutas eran mujeres pobres, viudas, extranjeras o esposas que al ser repudiadas por sus esposo sin papeles legales (carta de divorcio) para así rehacer su vida , no pueden optar a casarse de nuevo , así que no tienen más salida que prostituirse para sobrevivir.
Otro grupo considerado “pecador” eran los enfermos o endemoniados.
En tiempos de Jesús el sufrimiento era vinculado estrechamente al pecado, pues se creía que todo sufrimiento venía por causa de haber infringido la Ley de Dios (teología de la retribución).
Entonces entenderán, que un fariseo frente a un leproso, a un minusválido (como el ciego de nacimiento de Juan 9) o aún endemoniado tenían un trato vejatorio, pues cuando veían a estas personas, estaban convencidos que ellos estaban así producto del juicio de Dios sobre ellos.
Este grupo tuvo bastantes diferencias con Jesús porque él trataba a estas personas con dignidad, los invitaba a su mesa y compartía el pan y la compasión con ellos.
Sanaba a los enfermos, cosa terrible para estos religiosos, pues para ellos era “intervenir” en el juicio de Dios sobre esos pecadores.
Por eso Jesús los enfrentó, pues la imagen que ellos mostraban de Dios era de un ser implacable y marginador.
- Los sacerdotes (saduceos).
Al entrar Jesús al templo de Jerusalén echó abajo las mesas de los cambistas.
Todo ese negocio era administrado por las clases sacerdotales que no les importaba más que mantener su statuos quo, y hacerse millonarios con el lucrativo negocio de la fe.
Jesús llega a conclusiones intolerables para estos sacerdotes ricos.
Perdonar a un tullido solo con su palabra sin necesidad de sacrificios.
Poner en primer orden reconciliarse con el prójimo antes que llevar la ofrenda al altar.
Y sugerir que el santuario, el lugar del encuentro entre Dios y los Hombres se reconstruiría en tres días, analogía que entendieron los que oyeron.
Jesús estaba declarando que legó de su muerte, el verdadero Santuario, Que es Él mismo, el verdadero camino al Padre se levantaría ya no en Jerusalén, sino que esperaría a sus discípulos en Galilea (Galilea significa círculo de gentiles).
El verdadero templo de Dios ya no está en la capital judía, sino que ahora se instala en el corazón de la humanidad, al alcance de todos, sean judíos o paganos. - Herodes Antipas.
Jesús le dice “zorra” a este gobernante.
Antipas al igual que su Padre (Herodes el Grande) quiere construir un reino en Galilea, establece dos ciudades capitales, Seforis y Tiberiades, ciudades donde vivían los terratenientes que asolaban las tierras de galilea usurpando al amparo de la ley, las tierras de los campesinos mas pobres, que viéndose ahogados por los impuestos altos de la casa herodiana no tenían mas opción que vender sus tierras y vender a sus hijos como esclavos.
La situación en Galilea en tiempos de Jesús era una olla a presión.
Era tanta la impotencia de los campesinos, al ver las deudas ahogando sus vidas, al ver impotente que perdían sus tierras, que muchos se transformaron en justicieros forajidos (los zelotes).
Y los marginados???
Pero de los marginados de turno, Jesús los recibió con amor, como eran las prostitutas , mujeres galileas desesperadas porque no tenían más opción que el comercio sexual para sobrevivir ella y sus hijos.
A los cobradores de impuestos, asesores de los grandes terratenientes y de Roma, que al ser rechazados por los judíos que los tenían por traidores, no tenían otra que comprarse amigos menos escrupulosos y hacer comidas para ellos y mujeres de dudosa reputación.
Los leprosos, que según la teología de la época, no solo eran enfermos, sino impuros, pues su enfermedad era por causa de su pecado.
Las mujeres con problemas de flujo de sangre, consideradas inmundas.
Los centuriones romanos que dentro de sus esclavos, como era sus costumbres tenían esclavos más “íntimos”.
Pastores de ovejas, que según algunos maestros de la Ley eran tenidos por delincuentes.
Mujeres, invisibilizadas y tenidas como causante de tentación, donde su testimonio no era tenido en cuenta en un juicio.
Samaritanos, no solo tenidos como herejes sino también como inmundos.
Niños, que ni siquiera eran contados en un censo ni tenidos en cuenta en las decisiones, Jesús los transforma en el ejemplo para entrar al Reino y no solo en un adorno.
Jesús sí fue duro, pero con los que por su ventaja religiosa, de género y económica marginaban en nombre de Dios justamente a quienes según Jesús, estaban primeros en la lista divina como depositarios de su amor.
Y sí, El Maestro vino a rescatarnos de nuestro pecado, de nuestra alienación y deshumanización, pero como lo hizo con la mujer que fue sorprendida en adulterio, Jesús antes de decirle “No peques más” le dice “Ni yo te condeno”.
Así que si usted es de los que se ampara en Jesús para agredir a otros, mejor use otro nombre…
Megatrón, Terminator, doña Florinda, el Joker, Gargamel, hay muchos, pero no empañe al Jesús de los Evangelios y nos haga un flaco favor a quienes creemos que el evangelio no se vive con piedras en las manos sino con una mesa abierta en amor a quienes no merecemos sentarnos en ella.
Ulises Oyarzún.
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