Como todos los sucesos importantes del cristianismo la Pascua también nos recuerda sobre todas las cosas la gloriosa GRACIA De Dios.
Gracia, el final y único plan de Dios, para salvar a la humanidad. Este “sistema” que escapa a la realidad de todas las religiones. Un Dios que se brinda y sacrifica dando la vida de Su Hijo por la raza humana. Diferente a todos los dioses que demandan sacrificios, y exigen ofrendas y cumplimiento de normas. En cambio el Dios verdadero no demandó, al contrario, dio su vida en rescate por nosotros. Dejó de exigir que cumplamos normas y estatutos, (cosa que era imposible para nosotros) cumpliendo y terminando todo en Jesús, regalándonos la salvación.
Digo diferente a todas las religiones, porque todas estas, o la gran mayoría tienen un sistema diferente al que propone Dios. El sistema de balance religioso propone algo así como: “has lo que te digo y pórtate bien e irás al cielo” ” pórtate mal e irás al infierno” o “si eres una buena persona reencarnaras en un principe, si eres una mala persona reencarnaras en un mendigo” básicamente el sistema es el mismo, todo es por mérito. Pero la meritocracia no es el “sistema de Dios” para salvación, y nada de lo que sea parecido. El de Dios es la GRACIA (Un regalo). Jesus hizo todo, para que ya no tengamos que hacer nada.
Algunas denominaciones cristianas tratan de mezclar los dos sistemas, un poco de mérito y otro poco de gracia. Algo así como un poco de mi parte y cuando no puedo entonces aplicó la parte de Jesus en la cruz. Pero esto es un error, es como pensar que la obra de Jesus no fuese suficiente y completa, afirmar que algo tengo que hacer yo para ganarme la salvación, o al
Menos un poquito no es más que reconocer que en Jesus no estoy completo. (Cuidado en pensar así, sería tomar en poco la gracia De Dios) El apóstol Pablo decía: «Y SI por gracia, ya NO ES por obras; de otra manera la gracia ya NO ES gracia” (Romanos 11:6) En otras palabras no se puede mezclar las obras con la gracia. Lo que estoy seguro es que; gracia más cualquier otra cosa, es cualquier otra cosa menos gracia pues la gracia en su estado puro NO TRAE REQUISITOS ADJUNTOS.
Yo sé que vos como Cristiano queres demostrar que amas a Dios. Pero queriendo hacer lo bueno haces lo malo. Porque sería jactarte, y como sabes las escrituras afirman claramente que la jactancia queda excluida.
“¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe”. (Romanos 3: 27)
“No por obras, para que nadie se gloríe.” (Efesios 2: 9)
Cada cosa en su lugar.
Otro pensamiento es darte crédito porque te acercaste a Dios, alegando que por eso El té salvo. También eso es un error y sería jactancia. Y como ya aprendimos la jactancia queda excluida en la gracia. También está claro que ninguno por su propia voluntad puede acercarse a Dios. Jesus dijo: “Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere…” (juan 6:44)
El es el que se acerca primero. El es el que ama primero. El nos escogió y no nosotros a El. Dios es el que comienza la buena obra y El es el que la perfecciona.
De hecho Jesus fue muy claro “Nadie viene al Padre si no por mi”…
Pero no quiero llenarlos de textos, solo termino con esta reflexión:
¿Recuerdan el plan de Jesus?… “los haré pescador de hombres”…
Piensa por un solo instante: ¿el pez espera ser pescado?… ¿el pez busca ser pescado?… la respuesta es obvia, un No rotundo. El pez es sorprendido por el pescador.
El pez va en busca de comida, de alimento y es pescado. De la misma forma nadie busca ser salvado, nadie busca a Dios y su gracia, es Dios quien nos sorprende y nos salva.
Autor: Ariel Costantino.
Fuente: 100×cientogracia.