Mónica Astorga Cremona es una religiosa carmelita descalza, residente en Neuquén desde 1985. Hace más de diez años que consagra su vida cotidiana de religiosa contemplativa a una tarea tan particular como loable: acompañar a un grupo depersonas transexuales que decidieron, con su ayuda, dejar la prostitución y las adicciones, para descubrir el amor de Dios e iniciar un camino de recuperación y reinserción social. Por esa significativa labor pastoral, testimoniada recientemente en un libro que se titula Acariciar las heridas. La carmelita que ayuda a transexuales (Logos).
Por otras tareas tan importantes que lleva a cabo, como animar el trabajo en las cárceles por medio de cartas y escritos; y por el respaldo que el mismo papa Francisco le brindó recientemente, suele ser invitada y consultada por los principales medios del país y del exterior, para dar a conocer su visión y su autorizada opinión en ese tema tan delicado.
Por ello, la Hermana Mónica también conversó con la ROL y nos compartió sus motivos y experiencias, sus tristezas y alegrías:
√—Hna. Mónica: sos una mujer joven, pero con mucha experiencia pastoral. Contanos brevemente cómo nació tu vocación religiosa:
MAC/:—Ya de niña, cuando tenía siete años, le dije a mi mamá que quería ser religiosa. Al comenzar la escuela secundaria ─que era un colegio de monjas─, durante los primeros años percibía con más claridad el llamado de Dios; en un determinado momento, me puse un poco “rebelde” y, apenas terminé el colegio, me alejé de todo. Luego comencé a trabajar y a llevar la vida común y corriente de todo joven con diecisiete años, pero interiormente me sentía vacía y triste. Hasta que un cierto día una amiga me invitó a participar de un grupo de jóvenes que funcionaba en una parroquia… ¡y un sábado me anime a ir! Al entrar en el templo sentí una paz única, la paz que solo el Señor me ha dado siempre. Desde ese momento comencé mi búsqueda, y me acompañó un sacerdote para poder discernir. En septiembre de 1984, viajé a Neuquén a conocer la comunidad de las Carmelitas; en diciembre del mismo año, vine hacer la experiencia y, el 2 de febrero de 1985, ingresé en el postulantado. Llevo casi treinta y tres felices años en el Carmelo.
√—Sos Carmelita Descalza, es decir que, a diferencia de otras religiosas que vemos a diario en las calles y en diversos ámbitos de la sociedad, vos llevás una vida de carácter más contemplativo y de clausura. ¿Cómo es esa vida?
MAC/: —Está marcada por el carisma: nuestro carisma es la “Vida Contemplativa” o, mejor dicho, como nos llama el papa Francisco, “Buscadoras del rostro de Dios”. Y el carisma en la práctica lo ejercemos y experimentamos a través de tres líneas o ejes, que son la oración, el trabajo y la vida fraterna en comunidad.
√— ¿Desde cuándo y por qué, o a partir de qué circunstancia, decidiste consagrar tu vida y tu vocación religiosa al acompañamiento de personas transexuales?
MAC/:—Todo comenzó hace once años, cuando una de las chicas, Romina, se acercó a una parroquia de Neuquén para dejar el diezmo de su trabajo como prostituta. Ella buscó hacerlo en la parroquia de Nuestra Señora de Lourdes, porque siempre se sintió muy acompañada por la Virgen María a través de esa advocación. Allí se encontró con la Hna. Mariucha y con el Padre Ítalo. Como Romina necesitaba un apoyo más espiritual y profundo, la Hna. Mariucha le dijo que viniera a verme.
√— Imagino que se trató de un desafío muy especial, ¿no?
MAC/:—Sí, fue todo un desafío poder acompañarla. Ella me contó que quería dejar la prostitución, pero, por su condición, no la aceptaba nadie ni le ofrecían ningún trabajo. Posteriormente, le pedí que invitara a otras chicas, y vinieron cuatro más. Cuando les propuse soñar, otra llamada Katy me confesó que su sueño era “tener una cama limpia para morir”. A partir de esa tremenda confesión, sentí un “fuego” en mi corazón y que Jesús me pedía que las acompañara. Son las personas más marginadas de nuestra sociedad.
√— ¿En qué consiste, concretamente, ese acompañamiento?
MAC/:—Ellas me visitan con frecuencia de manera personal para hablar, y nos juntamos en grupo para hacer un rato de oración mensual y formar comunidad. Allí se ven y consideran las necesidades de cada una.
En concreto, la intención es que tengan un encuentro personal con Jesús, que puedan descubrir que él las ama y respeta. A su vez, buscar salidas laborales para insertarse socialmente. Desde ya, cuando lo piden, acompañarlas de modo personal para escuchar y mitigar su dolor.
√— Imagino que en esta tarea, así como cosecharás alegrías y toda clase de elogios, también habrá sinsabores y rechazos… incluso, dentro de nuestra misma Iglesia. ¿Esto es así?
MAC/:—Recibo muchos elogios y el aliento de muchísimas personas que cada día me dicen y piden que no baje los brazos. Pero el rechazo más grande lo recibí dentro de la misma Iglesia. Hubo sacerdotes y religiosas que llegaron hasta negarme el saludo. También personas anónimas que envían mensajes muy desagradables y agraviantes. Sin embargo, paradójicamente, recibir estos mensajes me sirve y ayuda a entender más a las personas trans. Porque ellas los reciben desde que se levantan hasta que se acuestan.
√— ¿Sentís que dentro de la Iglesia se valoran tu coraje y esfuerzo, o, por el contrario, son más los rechazos y las críticas que recibís? ¿Por qué crees que ocurre eso?
MAC/:—Aun así, creo son muchos los que los valoran. No podría saber cuántos son, ni distinguir si son más o menos. Pero sí estoy segura de que dentro de mi amada Iglesia tenemos que dejar de condenar y juzgar. Se necesita, con urgencia, que nos informemos y dejemos de pensar que las personas homosexuales son enfermas.
√—Hablando de nuestra Iglesia, recientemente recibiste una comunicación y un apoyo muy especial… ¡de parte del mismísimo papa Francisco!
MAC/:—Sí, porque el papa Francisco, desde el año 2009 ─año en el que pasó personalmente por nuestra Comunidad─, sabe del acompañamiento. Yo le cuento con frecuencia lo que se hace, además de pedirle su bendición y oración, esa comunicación es también un medio para mantenerlo informado, evitando que le llegue la información distorsionada.
√— ¿Podes contarnos qué te dijo y el mensaje que te transmitió?
MAC/:—El papa Francisco siempre me repite que no abandone el “trabajo de frontera” que me dio el Señor. Que reza por mí y que yo lo haga por él. Y que lo que necesite que no dude en pedírselo.
√— Por último y agradeciendo tu atención, contanos cuáles son tus próximos proyectos y de qué manera se pueden comunicar con vos quienes estén interesados o quieran colaborar contigo:
MAC/:—El Gobernador del Neuquén ya firmó el acta acuerdo para poder construir doce monoambientes en un terreno que donó la Municipalidad del Neuquén. A su vez, contamos con una casita y un taller de costura en otro terreno que donó el Obispado. Allí pensamos abrir un hogar de día para ancianos donde trabajen unas cinco chicas. En este momento, estamos tratando de arreglar la cocina para que Mara, una de ellas, pueda desempeñarse ahí. Para esto necesitamos de forma urgente material de construcción, por ello, todo lo que puedan donar será muy bienvenido. Además, quiero aclarar y recordar que por ahora lo hago todo sola con el apoyo de mi Comunidad. Resulta muy difícil conseguir un trabajo para las chicas, cualquier ayuda que nos puedan brindar será muy recibida. Para contactarse conmigo, pueden hacerlo a través de mi correo: monicascre@hotmail.com y de mi muro de Facebook: Mónica Astorga Cremona.
Por Jorge A. Blanco
Departamento de Audiovisuales Editorial SAN PABLO