[Ivan Briggiler, Parroquia de San Ignacio de Loyola, Manhattan, New York. Él y su mujer, Maria Gualdoni, son de origen argentino y participan en la comunidad desde hace 20 años. Este texto fue presentado originalmente  en una charla en su parroquia el 7 de diciembre de 2017 dentro del panel “LGTB Católicos y amigos” donde compartió el recorrido espiritual de su familia con su hijo gay.  El siguiente es el texto de su charla:

Ivan BriggilerDios nos ha bendecido, a mi esposa y a mí, con tres hijos. Mi hijo mayor, Marcos, es gay.

Cuando Marcos tenía cinco años, mi mujer empezó a decir que pensaba que Marcos podía ser gay. Mi reacción en ese momento fue fría y racional. Dije que era muy pronto para decirlo, quería que Marcos resolviera esto por él mismo y me lo comunicara en sus propios términos. En otras palabras, yo le estaba diciendo a mi mujer que era imposible conocer eso acerca de nuestro hijo a una edad tan temprana.

Estaba equivocado.

Mirando atrás puedo ver que yo no estaba preparado para aceptar la posibilidad de que mi hijo fuera gay. Pude haber sido más comprensivo con mi esposa. Pude haber estado más abierto al diálogo. Pude haber sido más sensible y haber estado más abierto a la posibilidad de que sí, los niños pueden empezar a revelar su verdadera identidad a temprana edad.

La familia Briggiler-Gualdoni: Fila posterior: Marcos, Victoria e Ivan; Primera fila: Maria y Lucas.

El instinto de mi mujer era correcto. Ella pudo percibir algo diferente en Marcos incluso antes que él lo hiciera. Todo lo que ella necesitaba era que la escuchara y escogí no hacerlo. Caminó por un camino solitario durante algunos años hasta que Marcos salió del closet[1]. Siento no haber sido más solidario y abierto de mente.

A pesar que no estábamos seguros, o no estábamos de acuerdo sobre si Marcos era gay o no, desde el principio ambos sí que estábamos de acuerdo en algo: queríamos asegurarnos de crear un entorno en el que nuestro hijo se sintiera cómodo y seguro creciendo en nuestra familia. Queríamos asegurarnos de que Marcos saliera del closet primero con su familia.

Cuando Marcos nos compartió su identidad gay fue un verdadero momento de alegría para todos nosotros. Recuerdo que fue un momento feliz, y también un alivio: finalmente sabíamos dónde estábamos parados y podíamos salir adelante.

Fue entonces cuando mi voz interior dijo: “Ahora es tu momento de correr con la pelota”. Me dije a mí mismo que si mi hijo tenía el coraje de salir del closet, yo también debería tenerlo. Decidí salir como el padre de un hombre gay. Elegí comenzar a contárselo a mi jefe, clientes, colegas y amigos.

Para mí, esto ha sido un proceso de aprendizaje, y todavía tengo mucho que aprender. La mejor manera de comenzar el proceso fue haciéndole preguntas a Marcos, porque tenía curiosidad y estaba ansioso por aprender. También quería mostrar mi amor y apoyo haciendo preguntas. Era mi manera de tratar de decirle a Marcos que estaba a su lado y de su lado.

Y lo primero que necesitaba aprender era el significado de cada una de las letras de “LGBTQ”[2]. Esto es lo que he aprendido hasta ahora:

La “L” es de Amor (Love) y también de Aprender (Learn)

A través de mi hijo, estoy aprendiendo nuevas formas de amar. Y la mejor manera de aprender es siendo curioso, hacienda preguntas, participando en conversaciones, estando dispuesto a conocer a otras personas en sus propios términos.

La “G” es de Gracia (Grace)

Por la gracia de Dios tengo a Marcos en mi vida. Marcos es creación de Dios y tengo la suerte de ser un instrumento elegido para cuidarlo.

La “B” es de Nacer (Born) y Ser (Be)

Mi hijo nació gay. Esta es una importante lección que he aprendido. Mi hijo no escogió ser gay: mi hijo nació gay. Es parte de su ser.

La “T” es de Confiar (Trust) y también de Tiempo (Time)

Confiar en tu voz interior. Y es tiempo. Algunas personas han estado esperando durante décadas para ser considerados bienvenidos a nuestra iglesia, ser acogidos y aceptados en nuestra iglesia siendo quienes son, no teniendo miedo de ser rechazados. Es tiempo para que nosotros, como miembros de la iglesia, salgamos a recibirlos. Todos ellos son parte de la creación de Dios. Yo soy un hombre de mediana edad, pero mi mentalidad no es de la Edad Media.

La “Q” puede ser de Pregunta (Question)

¿Puedo estar equivocado en mis creencias o ideas preconcebidas?

¿Quizás no esté acogiendo lo suficiente?

Tal vez Dios me está dando una ventaja en comparación con otros, bendiciéndome con alguien especial que me mostrará nuevas formas de amar y respetar a los demás.

La “Q” podría también representar lo desconocido (unknown) -lo que no puedo entender o explicar. Y eso está bien. No necesito entender todo el plan de Dios, todo lo que necesito hacer es amar la Creación de Dios.

Quiero compartir algunas de mis esperanzas. Espero que en nuestra familia estemos plantando las semillas para nuestras futuras generaciones, donde cualquier persona de cualquiera de las letras LGBTQ se sienta amada, acogida y segura.

Tenía pavor de entregar mi hija a otro hombre. Ahora sueño con el día en que Marcos nos presente a nuestro nuevo yerno, uniéndose a nuestra familia. Sueño y espero tener nietos. Espero poder acompañar a mi hijo hacia el altar el día de su boda.

Para finalizar, quiero volver a la primera letra “L” de Amor (Love). El padre Anthony de Mello, jesuita y escritor espiritual, dice que hay dos fuerzas en el mundo: el miedo y el amor. Así que realizo estas declaraciones llenas de esperanza:

Elijo pasar del miedo al amor.

Elijo no temer sobre lo que podría salir mal.

Elijo soñar con lo que puede ir bien.

Elijo amar para la mayor gloria de Dios.

***

[1] Salir del armario, declarar voluntaria y públicamente su homosexualidad.

[2] Acrónimo que define las minorías sexuales  “Lesbiana, Gay, Bisexual, Transgénero, Queer”

Fuente: Este post fue publicado primero en Bondings 2.0, New Ways Ministry’s daily blog of Catholic LGBT news, opinion, and spirituality. Puedes ver el artículo original en inglés en:https://www.newwaysministry.org/2018/01/07/father-gay-son-explains-meaning-lgbtq/]