Siempre he sido una persona soñadora y me gustan las películas de fantasía. Entre mis favoritas están las que hicieron sobre Las Crónicas de Narnia del escritor C. S. Lewis, de hecho tuve que comprarme todos los libros de la serie y me encantaron. En la primera, se entra a Narnia a través de la puerta de un closet y se generan un sinfín de historias hermosas entre humanos, animales parlanchines, criaturas mitológicas y otros seres. Narnia para mí es la tierra de los sueños y la fantasía, donde todo al final va a resultar para bien, ya que Aslan va a estar allí para proteger y dar alegrías a todas sus criaturas.
A veces, queremos vivir en la tierra de la seguridad y la fantasía, pero también somos empujados a salir del closet a la dura realidad de lo terrenal, del día a día, donde enfrentamos mayor crueldad de la que podemos vivir en Narnia (a pesar de la Bruja Blanca y sus secuaces). Cuando te acostumbras a vivir en Narnia, todo va bien. Todo, excepto tú, cuando te das cuenta y recuerdas que no todo lo que está pasando es real porque la vida está fuera de ese closet.
Salir del closet es una figura muy usada para expresar o dar a conocer que no se es heterosexual, que no eres parte de la normativa que todos esperan que cumplas, que hay algo diferente en ti. Cuando te atreves a salir del closet, en el cual te has resguardado para salvar la vida, para no recibir la crítica y la deshonra, para tratar de que todos te acepten y no se den cuenta de que eres diferente, para no enfrentar las dudas, discriminación, aislamiento, condenación, etc. se hace difícil y duro, y no queda más que enfrentar la realidad del juicio humano. Cuando sales del closet debes hacerlo sabiendo afrontar la crisis y las consecuencias, pero casi nunca se está preparado para eso. Parece que cuando sales del closet, eres un minotauro, un fauno, un centauro u otra de esas criaturas míticas de la tierra de Narnia y no un simple ser humano, tan valioso y tan de carne y huesos como las demás personas que habitamos este planeta. Todo ser humano es tan valioso como cualquier otro. No hay nada que nos haga a unos más valiosos que otros. Ni condición socioeconómica, ni raza, ni color, ni religión, ni género, ni orientación sexual, ni preparación académica, ni condición de salud, ni nada de nada que nos diferencie. Somos personas, creadas y amadas por Dios, ya que Él dio a su Hijo por toda la humanidad (Juan 3:16), y para colmo, olvidamos que por fe en Jesús ya no hay judío ni gentil, esclavo ni libre, hombre ni mujer, porque todos somos uno en Él (Gálatas 3:28). Dios no hace acepción de personas.
Muchas veces, provoca vivir y mantenerse en Narnia, pero la realidad también es bella, aunque dura y desafiante. Hay muchos otros que han salido del closet y necesitan apoyo y conocimiento de la gracia y el amor de Dios para vivir vidas con verdadero significado, en una comunidad de fe sana y de apoyo mutuo, con vidas realizadas y felices porque Aslan, también está con ellos en la vida real. Él, su Creador y Sustentador, es el Dios de Amor.
Edry David. Ministerio Oasis
Fuente: http://mcioasis.blogspot.com.ar/2016/10/sobre-narnia-y-otros-closet.html